Una fotografía tiene que tender a ser
simple; demasiada información, deja menos espacio para la
imaginación.
Una fotografía necesita tener luz
y sombra. La luz será quien centre el foco de la información importante,
mientras que la sombra suprimirá la información innecesaria para dejar paso a
la imaginación.
En la fotografía tiene que haber
una persona que sirva como cauce para que el espectador pueda seguir ampliando su
imaginación. No importa que la luz y el espacio sean lo suficientemente bellos; si no hay una persona la imagen no está completa. El espacio creado por la luz y la
sombra sólo existe por un momento y la persona que pasa por allí también existe
sólo por un instante. Precisamente ese ese momento de coincidencia entre
luz, sombra y persona, no es fácil captarlo en una fotografía, pero el esfuerzo para tratar de conseguirlo merece la pena.
21 de Noviembre.